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Les dejamos este artículo que publicaron en un blog...


Una cosa es la teoría y otra es la práctica. Si analizamos este período histórico desde la teoría, la izquierda tiene que oponerse a este gobierno. El kirchnerismo no es de izquierda, por ende, la izquierda no debería apoyarlo. Al fin de cuentas, hay un montón de temas que forman parte de las propuestas de la izquierda y que este gobierno elige no incluir en su agenda: no hay reforma impositiva, falta un mayor énfasis en la redistribución, no hay revisión de la deuda, y demás. Este es el análisis que hacen desde la centroizquierda opositora (PSur, SI Capital, Libres del Sur, etc.) hasta los partidos de izquierda tradicionales (PO, MST, PTS, etc.). Más allá de que algunos reconocen algunas medidas progresistas del gobierno -AFJPs, Ley de Medios, etc.- y otros ni siquiera eso, estos sectores hacen un análisis que, desde la teoría, es correcto: el gobierno no es de izquierda, por lo tanto, la izquierda debe estar afuera.

El problema es, justamente, que se quedan en la teoría. No llegan a la fase de la práctica. La práctica exige más que la teoría. El universo de análisis es mucho mayor. En la teoría se analizan las medidas de gobierno en abstracto. En la práctica, se toma en cuenta la dirección de un gobierno en el marco de una coyuntura. En la teoría se defiende un programa político desde el dogma. En la práctica, se piensa cual es el camino más corto para que algunas de las ideas se transformen en hechos concretos. Así como en el campo de la teoría aparecen la centroizquierda opositora y la izquierda ortodoxa, en el campo de la práctica está la otra centroizquierda, la de Sabbatella y el Nuevo Encuentro.

Si desde la teoría el lugar de la izquierda es la defensa dogmática de una totalidad de ideas, ¿cuál es el lugar de la izquierda desde la práctica? El lugar de la izquierda es molestar al poder económico. Hoy el poder económico, a través de la corporación mediática, y ante las medidas que afectan sus intereses, está abocado a una campaña destituyente contra Cristina Fernández. El lugar de la izquierda, si quiere molestar al poder económico, es frenar el avance de la derecha y defender las políticas oficialistas de democratización de los medios, defender la recuperación de las AFJPs, defender la integración latinoamericana, defender la política de derechos humanos. Los de la izquierda teórica dirían que esa es una parte del poder económico, pero que también hay otra parte que está dentro del kirchnerismo. Tienen razón. Las empresas que explotan los recursos naturales llevan a cabo su saqueo y el gobierno no hace nada por evitarlo. Por eso el rol de la izquierda práctica no es tampoco mimetizarse con el kirchnerismo, sino diferenciar medida por medida, denunciar las políticas continuistas, sin que esto implique dejar solo al gobierno en el camino iniciado contra algunos de los grandes intereses.

Después de pensar todo esto llegue a la conclusión de que no hay nadie que esté más a la izquierda que Martín Sabbatella. Al menos desde el punto de vista práctico. Desde la teoría, muchos están a la izquierda del ex intendente de Morón: Pino Solanas, Claudio Lozano, Alcira Argumedo, Vilma Ripoll, Néstor Pitrola, Raúl Castells, etcétera. Pero estos sectores, que con lucidez denuncian la parte continuista del kirchnerismo, no alcanzan a valorar las rupturas con el modelo anterior y terminan actuando como muñequitos del poder mediático para desgastar al gobierno por izquierda. De hecho, los que son diputados votaron con la derecha en el reparto de los cargos en el Congreso.

En cambio, en la práctica el espacio de Sabbatella está a la izquierda de todos: denuncia las continudades tal como lo hace la izquierda teórica, pero no ningunea las rupturas con el poder económico y no tiene problemas en defender abiertamente al gobierno contra los embates de la derecha destituyente. Mientras la izquierda teórica quiere ver destruido al kirchnerismo, Sabbatella lo quiere empujar hacia la izquierda. Hace una lectura correcta de la coyuntura política, ve que hay márgenes para avanzar contra el poder económico, y se suma a la lucha, aún señalando aquellas cosas en la que no está de acuerdo. Por eso creo que, en los hechos concretos, no hay nadie que esté más a la izquierda que Sabbatella.

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